Al relente de una noche de finales de agosto, con fase de luna nueva, suficientemente alejado de la ilumniación resplandeciente de la ciudad, rodeado de montañas con pueblos que apenas alumbran sus calles con luz cálida, inicias un paseo que al poco tiempo te permite observar un cielo oscuro repleto de estrellas, planetas, satélites (naturales y artificiales), la estrella polar fácilmente visible entre toda la bóveda celeste señalando el norte desde el extremo de la Osa Menor y algo más bajo la constelación más reconocida al mirar al cielo, la Osa Mayor, visión interrumpida por algún que otro meteorito que te anima a pedir un deseo y presidiendo el firmamento la galaxia a la que pertenece el planeta desde el que observamos, la Vía Lácteo, todo un bello panorama del que no te cansas de contemplar.
La observación del Universo te permite divagar la mente mientras se admiran sus hermosos paisajes de constelaciones entre todas las galaxias que lo forman, existen y se conocen, ordenado todo ello por leyes naturales que conforman el conjunto del Cosmos.
Esta contemplación nos traslada al mundo de las preguntas, de las dudas, al inicio de la filosofía pero al mejor mundo que nos puede enviar es al de la imaginación, del cual no debemos de abandonar desde nuestra infancia hasta nuestra vejez, la imaginación nos desarrolla la mente y los sueños, tan necesarios en nuestra evolución como personas.
Observemos el Universo, imaginemos y soñemos, que tanta falta nos hace para conseguir un mundo más bello.
«Y si crees que eres como cualquier ser, como cualquier cosa, eres todos los seres, todas las cosas. Eres el universo.
«Voces» de Antonio Porchia
♫Vangelis – Cosmos. Hermosa melodía compuesta por Vangelis para la mítica serie televisiva Cosmos de Carl Sagan.♫
Entrada Siguiente >> Respirando la libertad de su senda
Honesta libertad << Entrada Anterior
Precioso!